miércoles, 30 de noviembre de 2011

1er lugar en educación: Finlandia vs México

Crisis de la Educación Publica en Chile

En la cueva del tlacuache






Neoliberalismo

Nunca es tarde para superarse

Si educas a un hombre, educas a un individuo,
Si educas a una mujer, educas a una familia...



Eran las 9 de la mañana cuando me encontraba con mi familia  en San José Chicoloapan, una de las sedes del INEA, era  27 de Noviembre y mi mamá era recibida por una persona muy amable que la invito a pasar pues haría el examen para obtener su certificado de primaria, al trascurrir las horas llegaba más gente, ya eran las 11:30 am y estaban colocando unas mesas, ya que sería la 12° entrega de certificados, aun no salían las personas que estaban haciendo el examen cuando inicio la ceremonia, decidimos acercarnos y escuchar. El Maestro de ceremonia inicio con unas palabras y se dio paso a la entrega de los certificados, solo pasaban hombres, en ese momento me pregunte por las mujeres, luego intervino nuevamente el Maestro y dijo que no se fueran para tomar la foto de generación, dio unas palabras que me encantaron, he ahí el porqué del epígrafe con el que inicie,  luego pasaron las mujeres. Pude notar que había gente de todas las edades desde adolescentes hasta señores maduros, personas que así como se habían levantado habían ido pos su certificado y otras muy trajeadas. Los primeros en irse fueron los muy trajeados y uno que otro que venía con el novio o la novia y al final solo quedo la mitad de la generación pero eso no quito el entusiasmo de sacar la foto del recuerdo. A las 2pm  comenzaros a salir los que hicieron el examen, entre ellos salió mi mamá muy feliz dice que le fue bien lo noto muy entusiasmada y claro piensa seguirse con la secundaria, aunque en este momento estamos en espera de sus resultados.



Mucha Suerte Mamá
Felicidades a los que ya obtuvieron su certificado y que cada día se sigan superando.



(Foto de Generación)


¿Qué es el INEA?

El INEA es una Institución educativa que atiende a personas mayores de 15 años que por alguna situación no tuvieron la oportunidad de aprender a leer o a escribir, prepara a quienes no han concluido su primaria o secundaria para terminarla con la ayuda de la creación de su Programa Educativo.
El Programa plantea el tratamiento de los contenidos y temas considerando experiencias, saberes y conocimientos de las personas y enfatiza el aprendizaje sobre la enseñanza al reconocer que las personas a lo largo de su vida han desarrollado la capacidad de aprender.
Asimismo el INEA es el encargado de combatir el rezago educativo para lograr una mejor forma de vida y de nuevas oportunidades para las personas jóvenes y adultas.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La convivencia


La convivencia es uno de los 4 pilares de la educación; es uno de los factores más trascendentes no sólo para el bienestar y la felicidad, sino para el sostenimiento de la salud total.

(En la cuva del Tlacuache)






martes, 15 de noviembre de 2011

“Competitividad”, violencia y educación

Por Manuel Peréz Rocha
La competencia entre grupos o individuos siempre ha existido, obedece a múltiples causas y merece diversos juicios, pero ahora no es sólo una forma de relación social entre ciertos individuos, en determinados momentos o circunstancias, o peculiar de una actividad o un sector de la sociedad, es la pauta imperante en la economía, en la política, en el deporte, en la cultura, en las escuelas y en las universidades. Hoy, ser competitivo, esto es, capaz de competir con éxito venciendo a los rivales, es el ideal, la aspiración, el desiderátum universal; como parte del pensamiento único global no se concibe otro tipo de relación entre los seres humanos.
 
En años recientes se han creado instituciones públicas, organismos privados y programas impulsores de la competitividad, y se han elaborado instrumentos e índices para medirla. Una de las cuestiones por revisar es el concepto de competitividad empleado por organismos y analistas, pues el término se usa para todo y se equipara con los de productividad, eficiencia, buena calidad, prosperidad económica y otros que se refieren a metas incuestionables; al olvidarlos, confundiéndolos con la competitividad, se introduce a trasmano como esencial la competencia, cuando, sin duda, muchos se lograrían mejor con su opuesto: la cooperación (véanse los confusos índices de competitividad manejados por el Instituto Mexicano para la Competitividad).

Hoy toda confrontación se considera una competencia, con lo cual se contribuye a opacar y desfigurar las luchas legítimas con auténtico sentido y razón de ser. Es distinta la rivalidad entre dos mafias políticas por un botín, de la lucha que dan organizaciones civiles y políticas en busca de la justicia y la transformación social. La visión de la vida social como una suma necesaria y deseable de rivalidades pretende su justificación en el dogma económico según el cual sólo con la competencia se logra eficiencia y buena calidad, y en la concepción de los hombres como seres que únicamente piensan en sí mismos. La consideración de la competencia como algo necesario y de la competitividad como la mayor virtud pasa por alto el egoísmo radical implícito y la perversa concepción de los demás como contrincantes, como enemigos contra quienes es imperativo luchar (en las actividades productivas, en la política, en el deporte); las expresiones campañas agresivas de ventas, guerras de precios, campaña electoral, lucha por el poder, un juego con garra no son inocentes metáforas.

La exaltación de la competitividad pasa por alto el efecto que tiene este modo de conducta en el aumento de la agresividad y la violencia, fenómeno analizado en varias investigaciones. Un estudio experimental acerca de los efectos de los videojuegos, realizado en la Universidad de Brock (Ontario), llegó a esta notable conclusión: los juegos más competitivos provocaban niveles de conducta agresiva más elevados que los juegos menos competitivos, independientemente de su violencia. Por otra parte, la relación entre violencia y competencia deportiva es noticia habitual, ya no se diga entre competencia política y violencia. La competitividad se presenta como virtud personal, cuando en realidad significa la actitud enferma, arrogante, de quien basa la seguridad en sí mismo en sentirse superior a los demás.
La escuela tradicional, dominante, es el lugar donde se inicia el adoctrinamiento en la ideología de la competencia y la competitividad y uno de los espacios en los que la competencia está más institucionalizada: concursos, torneos, rankings, cuadros de honor, diplomas, medallas, primeros lugares, competencias deportivas, competencias entre maestros para obtener premios y apoyos, etcétera. Ahora se impulsa la competencia entre escuelas para obtener recursos con los cuales operar. No puede extrañar que la escuela sea un espacio de violencia física, verbal o simbólica entre estudiantes (es innecesario el término bullying) pues es común una violencia institucionalizada, orgánica: rigidez reglamentaria irracional, mecanismos de exclusión, autoritarismos, humillaciones, injusticias disfrazadas de meritocracia, incluso violación a elementales derechos humanos. Este tipo de escuela no es la solución a la bárbara delincuencia que agobia al país. Por el contrario, imponer políticas educativas y modelos de educación autoritarios y plagados de injusticias será factor de agravamiento de los problemas actuales. Es necesario apoyar la educación para ayudar a resolver problemas sociales, entre ellos el de la violencia y la criminalidad, pero esto implica una reforma simultánea que haga de la escuela un espacio de promoción de valores opuestos a la competencia y la competitividad, de otra forma se estará echando más gasolina al fuego.

La reforma a la escuela exige implantar como norma la cooperación, está probada su eficacia y eficiencia. Desde el siglo pasado, múltiples experiencias basadas en las propuestas pedagógicas de Francisco Ferrer Guardia, Célestin Freinet, John Dewey, Paulo Freire, entre muchos más (la bibliografía es amplísima), han mostrado que la colaboración genera mejor aprendizaje y desarrolla valores éticos, sociales y humanos en los estudiantes. Una experiencia probada, de alto valor pedagógico, en dirección opuesta a la competencia entre estudiantes, es la colaboración de los más avanzados con el aprendizaje de los menos avanzados.

Para que la escuela sea eficaz en el combate a la violencia debe empeñarse en una educación integral de los niños y los jóvenes, de modo que éstos tengan bases para formarse un proyecto de vida. Eric Fromm ha hecho ver que otra causa de las actitudes destructivas y agresivas es el aburrimiento, entendiendo por esto la ausencia de un sentido de vida. Una capacitación estrecha para competir por empleos, que no existen, sólo aumenta la frustración, el desencanto con la vida y las conductas violentas que tanto lamentamos.